Estamos rozando el final de la séptima generación de videoconsolas (parece que fue ayer cuando me compraba la Mega Drive 2, mi primera consola). Los gráficos y el sonido han evolucionado tanto que, a nivel técnico, da la sensación de que poco se puede mejorar ya.
Sonic 1 de Mega Drive |
Alan Wake, para Xbox 360
Gracias a internet hemos pasado de tener juguetes con los que pasar el rato a centros de entretenimiento. Evidentemente todo este avance tecnológico conlleva un mayor precio. De unos 120 euros que costaba una Mega Drive en su lanzamiento, hemos pasado a 600 euros por una PS3 (dado que en América eran 600 dólares, al cambio deberíamos haber pagado unos 450 euros, ¿150 euros por gastos de exportación...?).
Dejemos para otro momento las consolas y centrémonos en lo importante: los juegos (vergüenza que Nintendo haya dado prioridad a su mando antes que a los juegos...). Historias más complejas, de mayor duración, requiriendo un aumento del soporte en el que se encuentre el juego, ya sea digital o físico. La compatibilidad con tecnologías como Kinect hace que haya de invertir más tiempo en investigación y desarrollo. ¿Justifican todos estas mejoras que se presentan generación tras generación, el aumento del precio de los videojuegos?
Lógicamente, a más trabajo más dinero (precio). Pero lo cierto es que esta generación está siendo la más pobre en cuanto a calidad (dejando de lado el aumento gráfico). Hay gente que dirá, por ejemplo, que como qué Resident Evil 5 ha podido vender más de 5.6 millones de copias si no es un buen juego. Seamos objetivos, un gran número de ventas no es sinónimo de calidad. Las franquicias nos abordan más que nunca y lo original brilla por su ausencia. Electronic Arts, máxima representante de los juegos deportivos, lanza al mercado cada año como diez franquicias, sino más, de los deportes más conocidos. Reutilizan motores gráficos, modelos, texturas, sonidos, etc, hasta la saciedad. Con lo cual el trabajo entre juego y juego se reduce mucho, aun así nos hacen pagar algunas veces hasta 70 euros.
Sinceramente, desde la época de la PS2 que no veo calidad. Mucha potencia pero poco entretenimiento. Antes, hará cosa de ocho años, teníamos por lo menos un juego bueno todos los meses, ahora como mucho dos al año. Como ya dije en la introducción de este blog, pensemos con objetividad y dejemos los favoritismos: esto no es cuestión de gustos.
Pongamos por ejemplo una de mis sagas preferidas: Metal Gear Solid. La cuarta entrega, pese a repetir muchos esquemas de sus antecesores, los supera en todos los aspectos. Pero la historia ya ha alcanzado un epílogo y las novedades empiezan a ser pocas juego tras juego. Toca dejar descansar la franquicia durante algunos años y, si alguna vez quisieran retomarla, deberían crear nuevos personajes y nuevos conflictos.
La reflexión de todo esto supongo que debe ser que, ya que debemos pagar ese precio, exijamos que se nos venda calidad. Parte de esta falta de calidad se debe a la actual "necesidad" de "casualizar" los videojuegos, de lo cual hablaré en otra entrada. Exijamos que, pese a que los gráficos no lo son todo, se nos ofrezcan apartados visuales de séptima generación (Wii y sus gráficos de hace más de cinco años), menos refritos, historias de mayor duración. Y por encima de todo esto, que se ajusten los precios al contenido de cada juego: no debería valer lo mismo un juego deportivo con colores sólidos en lugar de texturas trabajadas y dos niveles, que un juego de rol con trescientas armas, decenas de enemigos diferentes y centenas de misiones.
Como siempre he dicho, lo importante en un juego es quien se pone tras él, su creador. Desgraciadamente, ahora, tras los juegos, sólo hay editoras...
PD: Como nota adicional, decir que no he incluido los juegos de pc en este texto porque, por lo general, sus precios suelen estar más ajustados y las novedades (de compañías importantes) suelen costar unos 45 euros, comparados con los 65 que costarían en consolas.
Esto es debido a que las compañías que quieren distribuir juegos para una consola, han de pagar antes unos royalties (Sony, Microsoft y Nintendo se llevan un porcentaje de la venta de cada juego). Aun así, 65 euros es demasiado si tenemos en cuenta el dinero que acaban ganando. Pongamos por ejemplo que un juego de una compañía importante, se pone a la venta a 65 euros, y este vende 2 millones de copias. Tenemos 130 millones, a los que les restamos el coste de creación, nos quedan unos 110 millones. Restando también los royalties, que no recuerdo cuanto son exactamente, pero unos pocos euros. Nos quedarían unos 107 millones de euros, cantidad que supera con creces los 20 invertidos.
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