¿Qué ha pasado con Californication?
Aviso: contiene spoilers.
Recuerdo cuando empecé a ver Californication hará tres años, me encantaba esa mezcla de drama aderezado con buenas dosis de humor. La serie nos presentaba a Hank Moody (interpretado por David Duchovny), un, tiempo atrás, escritor de éxito, que es incapaz de enfrentarse al papel en blanco de su máquina de escribir.
Pese a que desde el primer minuto Tom Kapinos, creador y guionista habitual de la serie (y pensar que anteriormente no había trabajado más que en Dawnson Crece...), deja claro que lo explícito va a estar a la orden del día, es imposible no dejarse llevar por ese trasfondo dramático y melancólico (en parte gracias a la banda sonora de Tyler Bates y Tree Adams y la selección de canciones) en el que Hank desea volver atrás y recuperar a la mujer de su vida, Karen (Natascha McElhone).
Sus dos primeras temporadas son un derroche de originalidad, de grandes personajes y excelentes guiones. Es todo un acierto que hayan decidido que el máximo de episodios de cada una sea de tan solo doce episodios, haberlas prolongado hasta los 20 o 25 (como suele hacerse en muchas series) hubiera funcionado de un modo negativo, restando frescura y ritmo.
La tercera temporada, aun siendo más o menos buena y teniendo algo de drama, es donde la serie empezó a decaer. Hank se convierte en alguien mucho más despreocupado que antes (esto podría verse como una evolución del personaje, pero es que es así durante casi todos los episodios), cuando en las anteriores veíamos que su personaje iba cambiando gradualmente.
Si en la cuarta el personaje de Hank se nos empieza a mostrar como una sombra de lo que fue durante los 36 episodios anteriores (aunque tiene momentos realmente buenos y cierra algunos "cabos sueltos"), en la quinta ya es como una simple marioneta. Esta temporada es como una mezcla de las anteriores, argumentalmente hablando, pero sin llegar a la mitad de la calidad de estas. Hank va de escena en escena como si le llevara el viento (y en él, en el fondo, era siempre evidente que tenía motivaciones y que perseguía sus sueños con gran fuerza). En los momentos en los que intenta recuperar a Karen (para los que piensen que las cinco temporadas van de recuperarla, que no se engañen, hay mucho más) y ella le rechaza él se gira con tal expresión en su cara como si dijera "bueno, qué más da, tampoco me importas" (pero no solo es una pose, realmente te hace pensar que él lo siente así). Del mismo modo en que antes, según avanzaban los episodios, era evidente que la serie llegaba a algo, aquí, tras diez episodios, no hay muestra alguna de evolución. Todo está tal cual estaba al principio.
¿Qué le ha pasado a su creador para que haya dejado que una de las mejores ideas en televisión, de la década, se le escapara de las manos? ¿Cómo es posible que, tras mostrar durante tres temporadas su gran capacidad para crear personajes atractivos y aportar frescura a un mundo de hospitales, zombis, vampiros e investigadores, haya hecho que caiga en picado esta gran obra?
Ciertamente, espero que tal y como pensé al principio de la quinta temporada (por su ambientación y surrealismo en muchos momentos, por esa sensación de mezcla de acontecimientos anteriores) estemos ante un sueño o una alucinación del protagonista. Esto no haría que la serie volviera a lo más alto, pero si daría cierto valor a la evolución de Hank. Y si no es un sueño, una vez llegado al episodio doce, que le dejen disfrutar de su merecido descanso.
Hank Moody
Recuerdo cuando empecé a ver Californication hará tres años, me encantaba esa mezcla de drama aderezado con buenas dosis de humor. La serie nos presentaba a Hank Moody (interpretado por David Duchovny), un, tiempo atrás, escritor de éxito, que es incapaz de enfrentarse al papel en blanco de su máquina de escribir.
Pese a que desde el primer minuto Tom Kapinos, creador y guionista habitual de la serie (y pensar que anteriormente no había trabajado más que en Dawnson Crece...), deja claro que lo explícito va a estar a la orden del día, es imposible no dejarse llevar por ese trasfondo dramático y melancólico (en parte gracias a la banda sonora de Tyler Bates y Tree Adams y la selección de canciones) en el que Hank desea volver atrás y recuperar a la mujer de su vida, Karen (Natascha McElhone).
Sus dos primeras temporadas son un derroche de originalidad, de grandes personajes y excelentes guiones. Es todo un acierto que hayan decidido que el máximo de episodios de cada una sea de tan solo doce episodios, haberlas prolongado hasta los 20 o 25 (como suele hacerse en muchas series) hubiera funcionado de un modo negativo, restando frescura y ritmo.
La tercera temporada, aun siendo más o menos buena y teniendo algo de drama, es donde la serie empezó a decaer. Hank se convierte en alguien mucho más despreocupado que antes (esto podría verse como una evolución del personaje, pero es que es así durante casi todos los episodios), cuando en las anteriores veíamos que su personaje iba cambiando gradualmente.
Si en la cuarta el personaje de Hank se nos empieza a mostrar como una sombra de lo que fue durante los 36 episodios anteriores (aunque tiene momentos realmente buenos y cierra algunos "cabos sueltos"), en la quinta ya es como una simple marioneta. Esta temporada es como una mezcla de las anteriores, argumentalmente hablando, pero sin llegar a la mitad de la calidad de estas. Hank va de escena en escena como si le llevara el viento (y en él, en el fondo, era siempre evidente que tenía motivaciones y que perseguía sus sueños con gran fuerza). En los momentos en los que intenta recuperar a Karen (para los que piensen que las cinco temporadas van de recuperarla, que no se engañen, hay mucho más) y ella le rechaza él se gira con tal expresión en su cara como si dijera "bueno, qué más da, tampoco me importas" (pero no solo es una pose, realmente te hace pensar que él lo siente así). Del mismo modo en que antes, según avanzaban los episodios, era evidente que la serie llegaba a algo, aquí, tras diez episodios, no hay muestra alguna de evolución. Todo está tal cual estaba al principio.
Hank y Karen
¿Qué le ha pasado a su creador para que haya dejado que una de las mejores ideas en televisión, de la década, se le escapara de las manos? ¿Cómo es posible que, tras mostrar durante tres temporadas su gran capacidad para crear personajes atractivos y aportar frescura a un mundo de hospitales, zombis, vampiros e investigadores, haya hecho que caiga en picado esta gran obra?
Ciertamente, espero que tal y como pensé al principio de la quinta temporada (por su ambientación y surrealismo en muchos momentos, por esa sensación de mezcla de acontecimientos anteriores) estemos ante un sueño o una alucinación del protagonista. Esto no haría que la serie volviera a lo más alto, pero si daría cierto valor a la evolución de Hank. Y si no es un sueño, una vez llegado al episodio doce, que le dejen disfrutar de su merecido descanso.