Revuelo en las nomicaciones a los Oscars 2015
La gente nunca estará contenta, nunca llueve a gusto de todos, decidlo como queráis, pero éste es uno de esos casos en los que uno no puede dejar de preguntarse: ¿a qué viene tanto revuelo con las recientemente anunciadas nominaciones a los Oscars 2015? ¿Nos hemos olvidado de lo que realmente son, hoy día, estos premios?
Exigiendo mayor diversidad
Hace un par de días se dieron a conocer los elegidos que optan a las diferentes estatuillas este año y parece que el hecho de que entre ellos no haya casi ningún actor no blanco o ninguna película cuyo elenco no tenga varios miembros de raza no caucásica, no ha sido bien recibido.
¿Acaso la Academia está obligada a que algunas de sus votaciones (que dicho sea de paso, a parte de poder ser compradas, muestra que sus integrantes basan muchas veces sus elecciones en todo menos en la calidad) estén basadas en la etnia de las personas que forman las películas? Aun sabiendo lo imparciales que pueden llegar a ser las votaciones, ¿y si este año lo que destaca para la Academia, casualmente, son estas otras películas?
De verdad que no me entra en la cabeza que hasta los propios actores, que saben mejor que nadie que muchos de los premios actuales, y en especial los Oscars, no son más que un escaparate, una exposición en la que una vez elegidos los ganadores, los directivos y inversores de las compañías de cine empiezan a sacar sus carteras con el fin de tenerlos en sus próximas películas (esperando mayor recaudación).
Jennifer Lawrence, quien desde que ganara el Oscar a mejor actriz por El lado bueno de las cosas, no ha parado de aparecer en películas comerciales o potencialmente ganadoras de Oscar. |
Y aunque sea solo una, que Selma, película biográfica de Martin Luther King, haya sido escogida para el premio de mejor película y mejor canción original, ¿no significa nada?
Falta de rigor
Estos actores, directores, etc, que sin, aparentemente, ninguna hipocresía, ningún intento por mostrar que van de políticamente correctos, pero que luego llevan vestidos y trajes de miles de dólares para poder lucir mejor que nadie durante unas horas (y a su vez crear una segunda exposición, esta vez del trabajo de los diseñadores de ropa), que se entregan de buen agrado a este desfile anual, lo que deberían hacer es exigir mayor rigor a la Academia y que se incluya de una vez en las estatuillas más importantes a películas de géneros marginados.
Me refiero a, por ejemplo, thrillers o películas de superhéroes que, por lo general, quedan relegadas a premios inferiores como el de mejor sonido o edición.
Una de las pocas excepciones ha sido El Caballero Oscuro que fue nominada a, entre otros, mejor cinematografía, mejor edición y mejor dirección de arte, además de ganar en mejor actor secundario y mejor edición de sonido.
¿Pero que hay de otras joyas como las tres primeras entregas de la franquicia de Bourne (que solo fue nominada a premios de edición y sonido), X-Men 2, El hombre de acero o Watchmen?
Sin embargo la industria no es la única que da muestras de falta de rigor a la hora de elegir candidatos. ¿Cómo ha podido levantar también revuelo (aunque menor) entre la audiencia el hecho de que La Lego película no haya sido nominada a mejor película de animación? Lo de este género es un mundo aparte y merece su propia entrada, pero no entiendo como algo tan simple, algo tan poco original, si bien con un par de momentos divertidos, merezca tanto halago.
¿Qué la Academia ha sido racista y machista? Por eso el año pasado 12 años de esclavitud ganó el Oscar a la mejor película o hace dos años Django desencadenado ganó por mejor guión y fue nominada a mejor película. No, este año el único problema no reside solo en lo corrupto de los premios, sino en nuestra hipocresía.