Crítica: Skyfall
Este Bond número 23 marca, dentro de lo que la franquicia permite, un antes y un después en esta. No nos engañemos, las películas de James Bond son lo que son: una mezcla de acción, mujeres, coches y localizaciones externas. Y esta fórmula permanecerá invariable, lo cual no significa que el personaje no se adapte a los nuevos tiempos y, por lo que parece desde Casino Royale, esta es la era del Bond no solo más enérgico, sino también del más inteligente (aplíquese la palabra a todo lo que le rodea, no solo a él).
Skyfall es la película más oscura, en cuanto a atmosfera, de la saga. Nos presenta a un MI6 diezmado tras una explosión del cuartel general y a su directora, M (Judi Dench) culpada de la muerte de varios agentes secretos. James Bond, encarnado de nuevo por Daniel Craig, será puesto a prueba física y mentalmente mientras intenta detener a la persona detrás de todos estos acontecimientos.
El nuevo Q entrega a James su nuevo equipamiento |
Es increíble comprobar lo que puede aportar un director como Sam Mendes, quien no había dirigido nunca una película de estas dimensiones, a tan veterano personaje. Desde la fotografía (sencillamente excelente en la mayor parte del film, dota de una vida al universo 007 que nadie podría esperar, pero, al mismo tiempo, encaja a la perfección) hasta un guión notable, lleno de ideas y, como decía al principio, inteligente. El conjunto da como resultado una extraña unión entre el Bond de las primeras películas y el de las dos anteriores que hace que te preguntes si la mezcla funcionará, siendo un rotundo si la respuesta.
El único problema que le encuentro a la película es lo predecible de unos pocos momentos, relacionados con algunas acciones llevadas a cabo por el malo, Silva (sorprendentemente, bien caracterizado por Javier Bardem) y que hacen decaer un poco el ritmo.
Bond y Silva |
Un trabajo excelente lo mires por donde lo mires, la elección de director (gracias a dios alguien en Hollywood permite que un director no solo elija donde colocar la cámara sino que también aporte su sello), el cambio de compositor, Thomas Newman ofrece una partitura más fresca y variada, reemplazazando a David Arnold (quien pese a haber hecho un buen trabajo durante cinco películas se estaba estancando). Nadie podrá decir ya que el Bond de Daniel Craig no tiene nada Bond: ya había demostrado que era un actor excelente y que su Bond era el mejor, pero en esta lo eleva a otro nivel.
Eso sí, que los productores no se duerman en los laureles y no permitan que la calidad de los guiones decaiga a partir de ahora, ya que Skyfall deja claro que James Bond ya es el James Bond que todos conocíamos antes de Casino Royale. Un James Bond al que poco le quedaba por mostrar (o no se le permitió mostrar) como personaje.
Como curiosidad decir que a Christopher Nolan, creador de la última trilogía de Batman, le interesaría filmar una de las próximas entregas del agente secreto. Y, en mi opinión, visto lo que ha aportado a Batman (recordemos que el tampoco había dirigido una gran producción antes de Batman Begins) no sería una mala elección, todo lo contrario.
James Bond, esperemos que siga siendo para bien, volverá...